lunes, 26 de abril de 2010

Introducción A La Fisiología De Un Embarazo.

Introducción A La Fisiología De Un Embarazo.

Definición:

El embarazo es el proceso fisiológico de formación y desarrollo de un nuevo ser en el interior del organismo de una mujer. También llamado gestación, con una duración media de 280 días (40 semanas) a partir del primer día de la última menstruación. Generalmente llega hasta las 37 semanas y culmina antes de la 42ª semana.

Fisiología del embarazo
El embarazo se inicia en el momento en que el óvulo y el espermatozoide se unen y fusionan sus núcleos y sus membranas. Esta nueva célula se llama cigoto.
 



En este momento es cuando se inicia el desarrollo embrionario y la determinación del sexo cromosómico del nuevo individuo.



La fecundación tiene lugar en la trompa de Falopio y, a las 48 horas, se produce la migración del cigoto hacia la cavidad uterina, donde se implantará. Aproximadamente entre el 6.º y el 10.º día postovulación se producirá la implantación del embrión y el inicio de la formación de la placenta. La implantación se localiza, generalmente, en la pared posterior uterina, e implica el primer contacto entre la sangre materna y la del embrión. En este momento, la mujer puede tener una pequeña hemorragia genital sin importancia. Pero muchas mujeres pueden confundirla con su periodo menstrual, generando confusión al momento de fechar el embarazo.

La placenta y el cordón umbilical

La placenta es el órgano a través del que se produce el intercambio de oxígeno y de nutrientes entre la madre y el feto, además de servir como una eficaz barrera entre la madre y su bebe, restringiendo el paso de sustancias potencialmente dañinas. La placenta y el cordón umbilical aseguran el aporte de oxígeno y de nutrientes hasta más allá del nacimiento del bebé. Las contracciones uterinas después del nacimiento producen la transfusión al bebé, a través del cordón, de la sangre placentaria, que lo ayudará a adaptarse a la vida extrauterina.


Las membranas ovulares

La parte embrionaria de la placenta y el embrión están envueltos por las membranas ovulares (bolsa amniótica o de las aguas), que los contienen rodeados del líquido amniótico. Las membranas ovulares tienen una función protectora y de intercambio con el feto, ya que intervienen directamente en la producción del líquido amniótico, entre otras funciones.


El líquido amniótico

El líquido amniótico proviene de la sangre materna y de las membranas ovulares. Durante el periodo embrionario, el embrión se encuentra suspendido, unido a la placenta sólo por el cordón umbilical. Las funciones del líquido amniótico son muchas y muy importantes, ya que ayuda a mantener el equilibrio ambiental del embrión (en cuanto a temperatura e intercambio de sustancias), sirve de amortiguador contra golpes y agresiones externas, actúa de barrera contra las infecciones, interviene en el desarrollo de los pulmones fetales y favorece el crecimiento normal del feto.

A partir de la 20.ª semana de gestación, el feto participa en la formación del líquido amniótico, ya que lo deglute y lo absorbe por medio de los pulmones y los riñones fetales, y los excreta a través de la uretra fetal, con lo que contribuye a aumentar su volumen.

La madre

A partir de la fecundación, y a lo largo de todo el embarazo, se producen grandes cambios en el organismo de la mujer que no sólo afectan al sistema reproductor, sino a todos los sistemas vitales, que se modifican para adaptarse a la nueva etapa.

Cambios hematológicos y cardiocirculatorios 
Aumento del volumen de sangre circulando (volemia) con el fin de asegurar el aporte necesario de nutrientes y oxigeno para el crecimiento uterino y fetal, además permite mantener un volumen sanguíneo mínimo después de la pérdida de sangre derivada del parto. 
El corazón aumenta su  frecuencia así como su volumen y junto con un aumento en la hemoglobina circulante favorece la capacidad de transporte de oxígeno de la sangre hacia los tejidos maternos y fetales. 


Cambios urinarios 

Aumenta el riego sanguíneo a las áreas pélvicas y al riñón, provocando mayor producción de orina, la  vejiga urinaria sufre además Compresión, por el útero grávido (sobre todo a partir del 4.º mes de embarazo).  Y eso aumenta  la necesidad de orinar, favorece el estancamiento de la orina y promueve las infecciones urinarias.


Cambios gastrointestinales 

El crecimiento del útero favorece el desplazamiento de las estructuras abdominales como el  estómago y  los intestinos; con lo que se ve alterado el movimiento normal de estos, volviéndolos más lentos, propiciando de esta manera la absorción de hierro, calcio, y otros nutrientes indispensables para el crecimiento fetal. 


Cambios dermatológicos 

Aumento considerable del riego sanguíneo de la piel, lo cual permite la aparición de alteraciones vasculares tales como: aparición de arañas vasculares, varices, cloasma, eritema palmar, etc. Así como, aumento en el de color de la piel, especialmente en la zona genital, las aréolas mamarias y la línea que va desde la cicatriz umbilical hasta el pubis (Línea alba). 

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